Las experiencias que acumulamos
en el transcurso de nuestras vidas nos
ayudan a entender y aceptar los misterios que nos rodean, transformando
nuestra filosofía y la forma en que apreciamos e interpretamos los hechos
cotidianos .
Les contaré hoy una experiencia
que me pareció insólita en el pasado y que hoy me resulta completamente
familiar y natural.
Al igual que en situaciones
anteriores; y por completo azar, uno de esos días extraordinarios que han
caracterizado mi vida encontré por casualidad a una persona que logró mantener
mi atención en estos temas esotéricos durante varias semanas. Fue mi primer
encuentro directo con el fenómeno de la transformación debido a la apropiación
del cuerpo y de la mente de una persona por un espíritu. Conocía de esa práctica y realmente
era de las cosas en las que no pensé creer nunca.
Era una señora de mediana edad
que intentaba ganar dinero encontrando y vendiendo espacios en los trenes que comunicaban
diferentes ciudades, en una etapa en la que lograr encontrar esos espacios era
una verdadera aventura. Ahí comenzó esta historia: yo intentaba encontrar la
forma de viajar y como por encanto apareció ella, con la solución en la mano
izquierda y la derecha extendida de
forma imperativa hacia mí solicitando el pago.
La señora me conto una extraña historia: ella era una santera
conocida en la zona donde vivía y además resulto ser miembro, aunque lejano, de
mi familia. Me invitó a su casa y a conocer las prácticas de su religión en la que fundamentalmente, trataban los temas relacionados con los espíritus que se apropian del cuerpo humano.
Después de regresar de mi viaje, decidí
aceptar la invitación para observar una Sesión Espiritual que realizaban todas
las semanas en la casa de la santera.
La curiosidad y el interés por
entender los fenómenos relacionados con el mundo de los espíritus, me plantó directamente en el centro de una rueda de personas que realizaban cánticos y
tocaban instrumentos de percusión. Nunca logre entender como llegué hasta ese
punto. De pronto me encontraba ahí:
retumbando en mis oídos la música y el toque de un tambor y de unas
claves y sin darme cuenta comencé a danzar al copas de una melodía pegajosa que
me obligaba a girar, el círculo comenzó a moverse a mi alrededor, cada vez mas
rápido, las personas se movían y giraban y yo solo las veía
pasar delante de mi a una velocidad que aumentaba inexplicablemente; de pronto,
el canto se transformó y se fue apagando y yo solo veía a las personas girar a
mi alrededor y un sonido cada vez mas lejano, hasta que se apagó completamente.
Entonces escuche solo una voz intensa, sentí un ruido en mis oídos y unas manos
fuertes que me presionaba los hombros: fue como si despertara, solo en ese
momento me di cuenta que la rueda no
giraba, era yo la que impulsada por ese cántico giraba incontrolable sobre un
eje imaginario.
La señora coloco agua sobre mi
cabeza y realizò varios tipos de rezos delante de mi sosteniéndome por los hombros. Pasados unos minutos empecé
a recuperar la claridad de mis
pensamientos pero sin entender nada de lo que había ocurrido.
Nunca supe que tiempo duro aquel
episodio.
Recuerdo que aquella señora me había
explicado que en las sesiones espirituales
entrenaban a los principiantes para
controlar adecuadamente el
fenómeno de apropiación del cuerpo y la mente por los espíritus.
No regresé a esas reuniones, sin embargo pasé días y noches pensando constantemente en esa
experiencia. No sè exactamente lo que me ocurrió, pero seguramente algo tuvo
que ver con ese fenómeno.
En el trascurso de mi vida he
tenido la oportunidad de ver varias veces manifestaciones de este fenómeno.
Nunca mas he colocado en dudas su existencia. No tengo una explicación
científicamente acertada pero estoy absolutamente convencida de que esa
manifestación es real.
Visite nuestro sitio y podrá experimentar personalmente las experiencias que relato:
www.mioraculo.com
